sábado, 30 de julio de 2011

Entre las nubes y las estrellas

En un pais muy lejano existis un castillo elevado entre las nubes. Este castillo de color plata era custodiado ferozmente por sus guardias. En su interior no habitaba nadie, solo se encontraba una pequeña cajita de cristal que guardaba en su interior un precioso rubi de un color rojo muy profundo, pero a la vez muy brillante. Las personas de los pueblos sercanos siempre sintieron curiosidad por aquel castillo, pero debido a sus guardias jamas se asercaron. Un dia, llegaron nuevos guardias para proteger el castillo, les asignaron posiciones de modo que el castillo quedara completamente rodeado. Entre ellos se llevaban muy bien, pero el guardia de una esquina siempre permanecia solo. A la mañana siguiente un determinado aldeano subio por las escaleras de plata hasta llegar a lo alto de las nubes donde se encontraba el castillo. Se escondio tras las estrellas, vigilo durante dias a los guardias hasta que dio con aquel que siempre estaba solo. Se acerco y hablo con el. El guardia estaba confundido. Si bien tenia que cuidar el castillo, el aldeano era la primera persona que se le asercaba sinceramente. Hablaron horas, dias, semanas y meses, el aldeano habia ganado totalmente la confianza del aldeano. Un dia comenzo a llover fuertemente, el guardia le dijo al aldeano que entrara al castillo ya que las estrellas no lo protegerian de la lluvia. Con un brillo en su mirada el aldeano abrazo al guardia, lo beso en la mejilla e ingreso al castillo. El guardia toco su mejilla y sonrio felizmente, aunque sabia que haberlo dejado entrar estaba mal, se sentia muy feliz, y un calido sentimiento lo inundo. 
El aldeano dentro del castillo busco y busco aquella cajita que por tantos años habia anhelado. Dio vuelta por un pastillo y la encontro. Iluminada por la luz de la luna y rodeada de las estrellas y gotas de lluvia se encontraba la pequeña cajita de cristal. El aldeano se acerco algo timido, se limpio sus manos con su ropa vieja, tomo la cajita y la abrio. Dentro se encontraba el precioso rubi. Sin dudarlo dos veces lo tomo entre sus manos pero grande fue su sorpresa al ver que el color de una parte del rubi estaba cambiando a gris. Debido a su espanto dejo caer la cajita, la cual quedo hecha pedasos. Los guardias advertidos por el ruido corrieron rapidamente y sacaron al aldeano. "La cajita se puede cambiar, pero el rubi ya esta manchado" dijo uno de los guardias mientras trataba de limpiarlo. El timido guardia se acerco, tomo el rubi, el cual brillo, pero en el centro aparecio una pequeña mancha negra. 
Los guardias repararon la cajita y dejaron el rubi en su lugar. Re ubicaron sus pociciones dejando al guardia mas timido en un lugar donde pudiera ver el rubi y a la vez la casa del aldeano que lo habia traicionado.
Al pasar los años la suciedad gris que dejo el aldeano en el rubi comenzo a desaparecer de apoco, pero aquella mancha negra no se movia de su lugar. Apesar de que muchos guardias trataron de limpiarlo jamas se quito. Pasaron años, decadas...tanto tiempo que ya no recuerdo. El rubi tenia algunas fisuras y la mancha negra aun no salie. Hasta que llegue la persona que pueda limpiarlo y pulirlo como es debido, el pequeño rubi seguira en su cajita de cristal, en aquel castillo color plata entre las nubes y las estrellas.

1 comentario:

  1. wooo manitaque profundo D:!! si entendi es que la traicion deja marcas y mientras pasa el tiempo puede sanar algo D:! pero la tricion ya fue un hecho D:!

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